"
El destino nos destroza como si fuéramos de cristal,
Y nuestros pedazos nunca más vuelven a unirse".
Por estas tierras, exceptuando a los sectores árabes, el poeta y librepensador Abul-Alá al-Maari es un perfecto desconocido. Poeta, vegetariano, ciego desde temprana edad, nació y murió (1057) en lo que hoy conocemos como Siria, allá por el principio del segundo milenio. Época de cruzadas. Y es en ese ambiente de violencia donde surge la voz valiente de un poeta que se atrevió a denunciar en sus escritos de forma clara y rotunda, lo que ha sido una constante histórica, a saber: que las religiones institucionalizadas son foco de violencia.
Fue una figura renombrada ya que tuvo el apoyo y protección de altos mandatarios, porque en aquella época escribir:
"Los habitantes de la tierra se dividen en dos,
los que tienen cerebro pero no religión,
y los que tienen religión pero no cerebro."
era, ciertamente, una gran valentía.
Es
curiosa la vigencia del pensamiento de este poeta. Los bloques religiosos enfrentados, el ensañamiento "hacia el otro", el cultivo del odio. Pero que sea Abul quién nos diga:
"La falsedad ha corrompido tanto al mundo,
que las sectas discuten sus destinos en el campo de batalla.
Pero si el odio no fuera el elemento natural del hombre,
iglesias y mezquitas se alzarían unas junto a otras."
No se puede ser más explícito. Cuando las bombas sacuden Palestina, Chechenia, Afganistán, Madrid, Londres, etc..no estaría nada mal pararse un poquito y releer al poeta. E intentar captar el sentido de sus palabras, "ir un poco más allá" de la mediocridad que nos envuelve.
Las asociaciones ateas tienen una ingente labor de recuperación histórica. Ahora que algunos han aprendido (o hemos aprendido) que "olvidar" es "mutilar", no estaría nada mal indagar toda esa corriente de no-creyentes, librepensadores, etc...que con sus escritos traspasaban la claustrofóbica atmósfera de las sociedades dogmáticas.
En
el mundo árabe, Abu Alá es reconocido como una de sus figuras literarias. En castellano es poco lo que se encuentra sobre él. Hace unos pocos años, en la Feria del Libro de Argel, sus libros fueron "retirados" por orden del Ministro...de la Religión del gobierno argelino. Da igual, Abul nos pertenece, pertenece a cada población machacada por ese "veneno negro que corroe la sangre".
Ateus de Castelló.
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