Antonio Gramsci fue un filósofo, teórico marxista, político y periodista italiano.
Intelectual y activista político italiano, fundador del
Partido Comunista (Ales, Cerdeña, 1891 - Roma, 1937). Gracias al apoyo
de su hermano y a su capacidad intelectual superó las dificultades
producidas por su deformidad física (era jorobado) y por la pobreza de
su familia (desde que su padre fuera encarcelado, acusado de
malversación de fondos). Estudió en la Universidad de Turín, donde
recibió la influencia intelectual de Croce y de los socialistas.
En
1913 se afilió al Partido Socialista Italiano, convirtiéndose enseguida
en dirigente de su ala izquierda: tras haber trabajado en varias
publicaciones periódicas del partido, fundó, junto con Togliatti y
Terracini, la revista Ordine nuovo (1919).
Ante
la disyuntiva planteada a los socialistas de todo el mundo por el curso
que tomaba la Revolución rusa, Gramsci optó por adherirse a la línea
comunista y, en el Congreso de Livorno (1921), se escindió con el grupo
que fundó el Partido Comunista Italiano.
Perteneció desde el principio
al Comité Central del nuevo partido, al que también representó en Moscú
en el seno de la Tercera Internacional (1922), dotó de un órgano de
prensa oficial (L’Unità, 1924) y representó como diputado (1924).
Fue miembro de la Ejecutiva de la Internacional Comunista, cuya
ortodoxia bolchevique defendió en Italia al expulsar del partido al
grupo ultraizquierdista de Bordiga, acusándole de «trotskismo» (1926).
Enseguida
hubo de pasar a la clandestinidad, dado que desde 1922 Italia estaba
bajo el poder de Mussolini, que ejercería a partir de 1925 una férrea
dictadura fascista. Gramsci fue detenido en 1926 y pasó el resto de su
vida en prisión, sometido a vejaciones y malos tratos, que vinieron a
añadirse a su tuberculosis para hacerle la vida en la cárcel
extremadamente difícil, hasta que murió de una congestión cerebral.

En estas condiciones, sin embargo, Gramsci fue capaz de producir una gran obra escrita (los voluminosos Cuadernos de la cárcel), que
contiene una revisión original del pensamiento de Marx, en un sentido
historicista y tendente a modernizar el legado comunista para adaptarlo a
las condiciones de Italia y de la Europa del siglo XX. Ya en el
Congreso de Lyon (1926) había defendido la ampliación de las bases
sociales del comunismo abriéndolo a toda clase de trabajadores,
incluidos los intelectuales. Sus aportaciones teóricas influirían
poderosamente en la adaptación democrática del comunismo occidental que
se produjo en los años sesenta y setenta, el llamado eurocomunismo.
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