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martes, 4 de enero de 2011

7 PECADOS CAPITALES

Los "Siete Pecados Capitales", llamados pecados mortales, son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas Cristianas católicas para educar e instruir a los seguidores sobre moralidad.

Curiosamente los 7 Pecados Capitales no son mencionados en la biblia, sino 3 siglos después de que se escribiera el nuevo testamento. Fue en el año 375. d. C. cuando el monje Evagrio Póntico o Evagrio el Monje, también apodado El solitario (345-399),
Fue el autor de la primera lista de pecados capitales que se conoce, denominados por él, vicios malvados. En lugar de siete, como varios siglos después instauró San Gregorio Magno, los pecados nombrados por Evagrio Póntico eran ocho: gula o gastrimargia, lujuria o fornicatio, avaricia o philargyria, tristeza o tristitia, vanagloria o cenodoxia, ira, orgullo o superbia y apatía o acedia


La Iglesia católica romana divide los pecados en dos categorías principales: "veniales", aquellos que son relativamente menores y pueden ser perdonados a través de cualquier sacramento de la Iglesia; y los pecados "capitales" o "mortales", los cuales, al ser cometidos, destruyen la vida de gracia y crean la amenaza de condenación eterna a menos que sean absueltos mediante el sacramento de la confesión, o siendo perdonados después de una perfecta contrición por parte del penitente.
 
Listado de los siete pecados capitales en el mismo orden que utilizó el papa romano san Gregorio Magno (circa 540-604) en el siglo VI.

Siete pecados capitales:

 
Lujuria  

Gula 
 
Avaricia
Pereza 
 
Ira 
 
Envidia 
 
Soberbia 






A continuación la descripción de cada una de ellas:

 
 
 
 
 
 
 
 
Lujuria
 
 

Descripcion: La lujuria es usualmente considerada el pecado que incluye pensamientos o deseos obsesivos o excesivos de naturaleza sexual. La lujuria insatisfecha puede llevar a compulsiones sexuales o sociológicas y/o transgresiones incluyendo (pero no limitadas a) adicción al sexo, adulterio y violación. El criterio de Dante era el "amor excesivo por los demás," que por consecuencia sería amor y devoción a Dios como un segundo. Sin embargo, la lujuria y el amor son cosas distintas; mientras que un amor genuino y desinteresado puede representar el más alto nivel de desarrollo y sentimiento de comunidad con otros en una relación humana, la lujuria puede ser descrita como el deseo excesivo por la liberación sexual. Entonces, la otra persona puede ser vista como "medio para un fin" para la satisfacción de los deseos del sujeto, convirtiéndose en un objeto en el proceso. En el Purgatorio de Dante, el penitente camina entre flamas para purgarse a si mismo de pensamientos lujuriosos.
 
 

Demonio Asociado a la Lujuria es Asmodeus; es un demonio, conocido comúnmente por aparecer en el Libro de Tobit del Antiguo Testamento. También es mencionado en el Talmud y en los tratados de demonología.
 
Asmodeus

 
Castigo del pecador: Ser asfixiado en fuego y azufre

Virtud Opuesta: Castidad

Gula
 
 

Descripcion: Actualmente la gula o glotonería se identifica como el consumo excesivo de comida y bebida, aunque en el pasado cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado. Marcado por el consumo excesivo de manera irracional o innecesaria, la gula también incluye ciertas formas de comportamiento destructivo. De esta manera el abuso de substancias o las borracheras pueden ser vistos como ejemplos de gula. Los penitentes en el Purgatorio eran obligados a pararse entre dos árboles, incapaces de alcanzar y comerse las frutas colgando de las ramas de estos y por consecuencia se les describía como personas hambrientas. También es cuando las personas no les importa nada más que la comida.
 
Belcebú dibujado por Collin de Plancy
 

Demonio Asociado: Beelzebub; derivado de Baal Zebub o más propiamente Ba‘al Z'vûv, (en hebreo בעל זבוב, con muchas ligeras variantes), que era el nombre de una divinidad filistea Baal Sebaoth (Deidad de los ejércitos) en hebreo. Adorada en épocas bíblicas en la ciudad filistea de Ecrón; la cual posteriormente sería asimilada a la tradición cristiana. 







Castigo Para los pecadores: Forzado a comer ratas, sapos, lagartijas y serpientes vivas, segun el poeta Dante Alighieri en su libro la divina comedia, los pecadores de Gula son destinados a un lago sinuoso y una lluvia pesada, siendo devorados por Cerbero, fiel can de tres cabezas.
 
 

Virtud Opuesta: Templanza

Avaricia
 
 

Descripcion: La codicia es, como la lujuria y la gula, un pecado de exceso. Sin embargo, la codicia (vista por la Iglesia) aplica sólo a la adquisición de riquezas en particular. Tomás de Aquino escribió que la codicia es "un pecado contra Dios, al igual que todos los pecados mortales, en lo que el hombre condena las cosas eternas por las cosas temporales." En el Purgatorio de Dante, los penitentes eran obligados a arrodillarse en una piedra y recitar los ejemplos de avaricia y sus virtudes opuestas. "Avaricia" es un término que describe muchos otros ejemplos de pecados. Estos incluyen deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar. Búsqueda y acumulación de objetos, robo y asalto, especialmente con violencia, los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la codicia. Tales actos pueden incluir Simonía.
 
 

Demonio Asociado: Mammon  
 
 
Castigo: Colocado en aceite hirviendo

Virtud Opuesta: Generosidad


Ira


Descripcion: La ira puede ser descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enojo. Estos sentimientos se pueden manifestar como una negación vehemente de la verdad, tanto hacia los demás y hacía uno mismo, impaciencia con los procedimientos de la ley y el deseo de venganza fuera del trabajo del sistema judicial (llevando a hacer justicia por sus propias manos), fanatismo en creencias políticas y generalmente deseando hacer mal a otros. Una definición moderna también incluiría odio e intolerancia hacia otros por razones como raza o religión, llevando a la discriminación. Las transgresiones derivadas de la ira están entre las más serias, incluyendo homicidio, asalto, discriminación y en casos extremos, genocidio. La ira es el único pecado que no necesariamente se relaciona con el egoísmo y el interés personal (aunque uno puede tener ira por egoísmo, por ejemplo, por celos). Dante describe a la ira como "amor por la justicia pervertido a venganza y resentimiento".
 
 
“Appetitus inordinatus vindictae” es decir, un “apetito desordenado de venganza”. “Que se excita –continua la definición latina– en nosotros por alguna ofensa real o supuesta. Requiérase, por consiguiente, para que la ira sea pecado, que el apetito de venganza sea desordenado, es decir, contrario a la razón. 
Si no entraña este desorden no será imputado como pecado”. De esto ultimo se desprende que habría una ira “buena y laudable” si no excede los límites de una prudente moderación y tiene como fin suprimir el mal y reestablecer un bien. “El apetito de venganza es desordenado o contrario a la razón, y por consiguiente la ira es pecado, cuando se desea el castigo al que no lo merece, o si se le desea mayor al merecido, o que se le infrinja sin observar el orden legítimo, o sin proponerse el fin debido que es la conservación de la justicia y la corrección del culpable. 

Hay también pecado en la aplicación de la venganza, aunque esta sea legítima, cuando uno se deja dominar por ciertos movimientos inmoderados de la pasión. De esta manera la ira se convierte en pecado gravísimo porque vulnera la caridad y la justicia. Son hijos de la Ira: el maquiavelismo, el clamor, la indignación, la contumelia, la blasfemia y la riña”.

De la  definición anterior se desprende que la ira es el uso de una fuerza directa o verbal que trasgrede los límites de la legitima restitución de un bien ofendido. La violencia, entendida como el uso de la fuerza, si es desmedida, es claramente una anulación del otro. En el asesinato, por ejemplo, que no corresponde a la legítima defensa, se pretende evidentemente la nadificación del otro. En el lenguaje, mediante la ofensa o el improperio, encontramos también el deseo de perjuicio e incluso de nulidad del otro.

Es importante hacer notar que el uso de la fuerza en contra del prójimo no siempre es un mal moral. Debe ser entendida como un mal menor si el fin por el cual se realiza no es sólo la anulación del otro sino que persigue fines legítimos como la conservación de la vida propia o de terceros. Tal es el caso de la “guerra legítima” que procura evitar la propia muerte o la privación de la legítima libertad a mano de un invasor, la legítima defensa. El uso de la fuerza se justifica también cuando se procura, con esto, el bien del otro, evitando de esta manera un daño mayor que el dolor que se infringe.

La ira se convierte en pecado gravísimo cuando nuestro instinto de destrucción sobrepasa toda moderación racional y, desbordando todo límite dictado por una justa sentencia, se desea sólo la inexistencia del prójimo.

Demonio Asociado: Satanás
Castigo: Desmembramiento
 
Virtud Opuesta: Paciencia
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Envidia
 
 

Descripcion: Como la codicia, la envidia se caracteriza por un deseo insaciable, sin embargo, difieren por dos grandes razones: Primero, la codicia está más asociada con bienes materiales, mientras que la envidia puede ser más general; segundo, aquellos que cometen el pecado de la envidia desean algo que alguien más tiene, y que perciben que a ellos les hace falta. Dante define esto como "amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos." En el Purgatorio de Dante, el castigo para los envidiosos era el de cerrar sus ojos y cocerlos, por que habían recibido placer al ver a otros caer.
 
La envidia es definida como “Desagrado, pesar, tristeza, que se concibe en el ánimo, del bien ajeno, en cuanto este bien se mira como perjudicial a nuestros intereses o a nuestra gloria: "tristia de bono alteriusin quantum est diminutivum propiae gloriae et excellentiae”. De esta manera, para saber si la envidia es una falta moral, es necesario investigar el verdadero motivo que produce la tristeza que se siente frente al bien que posee el prójimo. De esta manera la envidia no es pecado cuando: 
  • Nos entristecemos por el cargo, potestad o bienes materiales alcanzado por quien no los merece y podría hacer mal uso de esa autoridad causando grave daño a sus semejantes.
  • Sentimos insatisfacción por los bienes que posee quien no los merece y en vista de que nosotros le daríamos mejor fin. Por ejemplo, el que abunda en riquezas haciendo mal uso de ellas: los avaros que no hacen uso de sus bienes ni para beneficio propio ni para el de los demás.
  • Otras veces, nos entristecemos, no tanto de lo que el otro posee como del hecho de que nosotros carecemos de ese bien, si esta constatación nos muestra el tiempo y las oportunidades perdidas y alienta nuestro propio sentido de superación.
La envidia es falta gravísima, cuando nos incomoda y angustia a tal grado el bien o los bienes materiales del otro, que deseamos verlo privado de aquellos bienes que legítimamente ha conseguido y al que, nosotros, por nuestra impotencia, no hemos logrado conseguir. De esta manera, este deseo de ver privado al otro de sus bienes nos puede conducir a procurar, por todos los medios, a efectivamente quitarle esos bienes o de hacer ver, con el uso del chismorreo, que aquel no debería poseer lo que posee. La mentira, la traición, la intriga, el oportunismo entre otras faltas se desprenden de esta tristeza frente al bien ajeno y a nuestra propia incapacidad de acceder a tales bienes.
 
 

Demonio Asociado: Leviatán
Castigo: Sumergido en agua helada
 
Virtud Opuesta: Caridad

Soberbia
 
 
Descripcion: En casi todas las listas, la soberbia es considerado el original y más serio de los Siete Pecados Capitales, y de hecho, es también la principal fuente de la que derivan los otros. Es identificado como un deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros.
 
 

Demonio Asociado: Lucifer; era un ángel muy hermoso que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como Él, por lo que fue confinado al ámbito terrestre. Antes de la rebelión, Lucifer estaba por encima de todas las categorías de los ángeles ya que era el más hermoso de todos estos. El nombre Lucifer, sería lo que en una época habría sido el nombre que recibió de Dios en persona. Tras su rebeldía, en la que arrastró a un tercio de los ángeles del cielo, ya no sería “portador de la luz” sino que sería llamado “adversario”
 
 
 
 
Castigo: La rueda
 
Virtud Opuesta: Humildad

De la soberbia se desprenden las siguientes faltas menores:  
  • La Vanagloria: es la complacencia que uno siente de sí mismo a causa de las ventajas que uno tiene y se jacta de poseer por sobre los demás. Así mismo, consiste en la elaborada ostentación  de todo lo que pueda conquistarnos el aprecio y la consideración de los demás.
  • La Jactancia: falta de los que se esmeran en alabarse a sí mismos para hacer valer vistosamente su superioridad y sus buenas obras. Sin embargo, no es pecado cuando tiene por fin desacreditar una calumnia o teniendo en miras la educación de los otros.
  • El Fausto: consiste en querer elevarse por sobre los demás en dignidad exagerando, para ello, el lujo en los vestidos y en los bienes personales; llegando más allá de lo que permiten sus posibilidades económicas.
  • La Altanería: Se manifiesta por el modo imperioso con el que se trata al prójimo, hablándole con orgullo, con terquedad, con tono despreciativo y mirándolo con aire desdeñoso.
  • La Ambición: Deseo desordenado de elevarse en honores y dignidades como cargos o títulos, sólo considerando los beneficios que les son anexos, como la fama y el reconocimiento.
  • La Hipocresía: Simulación de la virtud y la honradez con el fin de ocultar los vicios propios o aparentar virtudes que no se tienen.
  • La Presunción: Consiste en confiar demasiado en sí mismo, en sus propias luces, en persuadirse a uno mismo que es capaz de efectuar mejor que cualquier otro ciertas funciones, ciertos empleos que sobrepasan sus fuerzas o sus capacidades. Esta falta es muy común porque son rarísimos los que no se dejan engañar por su amor propio, los que se esfuerzan en conocerse a sí mismos para formar un recto juicio sobre sus capacidades y aptitudes.
  • La Desobediencia: es la infracción del precepto del superior. Es pecado mortal cuando esta infracción nace del formal desprecio del superior, pues tal desprecio es injurioso al mismo Dios. Pero cuando la violación del precepto no nace del desprecio sino de otra causa y considerando la materia y las circunstancias del caso, puede ser considerada una falta menor.
  • La Pertinacia: consiste en mantenerse adherido al propio juicio, no obstante el conocimiento de la verdad o mayor probabilidad de las observaciones de los que no piensan como el sujeto en cuestión.
 
 
Pereza
 
 

Descripcion: La pereza es el más “metafísico” de los Pecados Capitales en cuanto está referido a la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia en cuanto tal. Es también el que más problemas causa en su denominación. La simple “pereza”, más aún el “ocio”, no parecen constituir una falta. Hemos preferido, por esto, el concepto de “acidia” o “acedía”. Tomado en sentido propio es una “tristeza de ánimo” que nos aparta de las obligaciones espirituales y divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran. Bajo el nombre de cosas espirituales y divinas se entiende todo lo que Dios nos prescribe para la consecución de la eterna salud (la salvación), como la práctica de las virtudes cristianas, la observación de los preceptos divinos, de los deberes de cada uno, los ejercicios de piedad y de religión. Concebir pues tristeza por tales cosas, abrigar voluntariamente, en el corazón, desgano, aversión y disgusto por ellas, es pecado capital. Tomada en sentido estricto es pecado mortal en cuanto se opone directamente a la caridad que nos debemos a nosotros mismos y al amor que debemos a Dios. De esta manera, si deliberadamente y con pleno consentimiento de la voluntad, nos entristecemos o sentimos desgano de las cosas a las que estamos obligados; por ejemplo, al perdón de las injurias, a la privación de los placeres carnales, entre otras; la acidia es pecado grave porque se opone directamente a la caridad de Dios y de nosotros mismos. Considerada en orden a los efectos que produce, si la acidia es tal que hace olvidar el bien necesario e indispensable a la salud eterna, descuidar notablemente las obligaciones y deberes o si llega a hacernos desear que no haya otra vida para vivir entregados impunemente a las pasiones, es sin duda pecado mortal.
 
 

Belfegor; o demonio del medio día.
 
 
 
 
 
 
Demonio Asociado: Belphegor 









Castigo: Arrojado a una fosa con serpientes
 
Virtud Opuesta: Diligencia

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