La oligofrenia, retraso mental o también llamada debilidad
mental es un trastorno permanente que altera a la persona en toda su globalidad.
Consiste en una anulación o disminución de aquellas manifestaciones, funciones y
actitudes necesarias para una maduración normal. Estas se podrían resumir en las
siguientes:
a) Déficit intelectual, consistente en una dificultad y, en
ocasiones, imposibilidad para conseguir fines, resolver situaciones nuevas,
utilizar las experiencias y acontecimientos anteriores, asociar adecuadamente
las ideas y elaborar pensamientos.
b) Trastorno orgánico de tipo morfológico, neurológico, motor
o endocrino, que acompaña, casi siempre, al déficit intelectual antes señalado.
c) Alteración de las conductas primarias o instintivas, con
una disminución de unas e hipertrofia de otras.
d) Trastornos afectivos, con una emocionabilidad lábil y
superficial.
e) Problemas de aprendizaje que repercuten no sólo en la
adaptación al medio familiar o microcontexto, sino que plantean graves problemas
a la hora de llevar a cabo una vida social y/o laboral.
La oligofrenia podríamos, pues, definirla como un trastorno
permanente del individuo, producido en los momentos iniciales de la maduración
psicosomática, que se traduce por un déficit de todas o algunas de las funciones
intelectuales, por una alteración de las estructuras orgánicas, y por una
perturbación de la vida instintiva, volutiva y afectiva que provocan una
conducta actitudinal problemática en su adaptación a la vida, que la dificultan
en el rendimiento en un trabajo útil y en una adecuación familiar y social.
Las causas de la debilidad mental u oligofrenia pueden ser:
1. Hereditarias, por transmisión de un gen degenerativo.
2. Genéticas, por alteración cromosómica del digote.
3. Blastofóricas, por una alteración cornológica, tióficas,
infecciosa, tóxica o física del gameto masculino o femenino.
4. Embiopáticas o fenopáticas, por alteración del desarrollo
debida a enfermedades infecciosas, tóxicas o metabólicas de la madre.
5. Cerebropáticas por: a) Perturbaciones bioquímicas,
anóxicas, infecciosas, parasitarias que han actuado sobre el encéfalo durante la
gestación, h) Anoxias y traumatismos que han actuado sobre el encéfalo en el
momento del parto. c) Factores hemolíticos que han actuado inmediatamente
después del parto, d) Procesos meningoencefalíticos durante los primeros años de
la vida.
El lector tiene que tener en cuenta que, en ocasiones, en
estas causas nombradas no es posible su observación directa y sólo son
presumibles por deducción.
Una oligofrenia o debilidad mental puede ser profunda, menos
profunda y poco profunda. El que sea una u otra dependerá de la magnitud de los
trastornos funcionales, de adaptación y de su rendimiento afectivo, social y
laboral. Se ofrece a continuación al lector un esquema que puede aclarar las
características de cada tipo de debilidad mental:
Debilidad o retraso mental profundo:
a) Conciencia:
a-1: El individuo no tiene conciencia de sus necesidades y de
lo que las satisface.
a-2: El individuo no tiene conciencia de su existencia ni de
las personas que lo rodean.
b) Su déficit intelectual se manifiesta en:
b-1: Ausencia de respuestas específicas.
b-2: No conoce las cosas ni distingue a la mayor parte de las
personas.
b-3: Ausencia de juicio y razonamiento.
b-4: Incapacidad absoluta para todo aprendizaje.
c) El trastorno afectivo consiste en:
c-1: Risa y llanto inmotivados.
c-2: Emociones groseras.
c-3: No siente cariño ni aparente necesidad de cariño.
c-4: No manifiesta ilusiones ni sonríe.
d) Otras alteraciones importantes son: deseos primarios sin
dirección, movimientos iteractivos, no anda o lo hace con gran dificultad,
inhabilidad manual, no habla, oposicionismo, y presenta una incapacidad total
para el trabajo.
Con respecto a la oligofrenia menos profunda, el sujeto que
la padece manifiesta:
a) Una conciencia restringida de su persona, de sus impulsos,
de las personas que lo rodean y cierto conocimiento de su diferencia (no de su
oligofrenia).
b) Su alteración cognitiva se manifiesta en su lentitud para
dar respuestas específicas y conocer las cosas y/o personas, en su
desorientación en el tiempo y en el espacio, en su pensamiento restringido y en
su capacidad limitada de aprendizaje.
c) Su trastorno emocional presenta una alta ambivalencia,
superficialidad y versatilidad afectivas, su egocentrismo, sus emociones burdas
y su tendencia a los estados eufóricos.
d) Su lenguaje presenta un balbuceo frecuente, un vocabulario
reducido y rudimentario y un abuso del infinitivo. Sus movimientos son lentos y
tarda en adquirir coordinación, no sabe abotonarse ni comer solo. Juega solo y
da a los juguetes destinos inapropiados.
e) Aunque vive aislado, es capaz de una relación con los
demás. Puede llegar a realizar trabajos sencillos o trabajos industriales
despersonalizados.
Finalmente, la debilidad mental o retraso leve se caracteriza
por:
a) Una conciencia de su persona y de las personas allegadas,
con un autoconocimiento de su retraso.
b) Su capacidad intelectiva presenta una lentitud en conocer
las cosas, tarda en distinguir a las personas, falta de atención, memoria y
comprensión, dificultad para la lectura, la escritura y el cálculo, le cuesta
utilizar la experiencia presentando una relativa capacidad de aprendizaje.
c) Su afectividad es superficial y «pegajosa» con tendencia
al egocentrismo.
d) Es capaz de establecer una relativa colaboración y
relación social con los demás siempre en función de conseguir algo inmediato. No
sabe jugar y estropea los juguetes. Acepta las reglas pero le cuesta someterse.
e) Su movimiento es inestable y lento. Tarda en sentarse en
la cuna y en andar.
Su lenguaje es logorreico y sin contenido. Suele balbucear
con inversión de letras y sílabas y supresión de partes de la oración.
Puede llegar a aprender un trabajo útil para sí mismo y para
los demás, aunque deberá ser simple y relativamente repetitivo.
Existe, además de estas clases de retrasos por sintomatología
clínica y psíquica, diferentes tipos somáticos de oligofrenias, como el síndrome
de Turner, la esclerosis tuberosa, la oligofrenia toxoplasmósica, el
hipotiroidismo, el cretinismo, la oligofrenia mongoloide, entre otros.
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