SISTEMA INCONSCIENTE
Es la parte más arcaica y originaria del psiquismo y
al mismo tiempo la parte más próxima a los confines somato-psíquicos, a las
fuentes pulsionales.
Se considera como el habitáculo de los impulsos
innatos, los sentimientos, los deseos, los recuerdos reprimidos, etc.; y se
caracteriza porque, en general, sus elementos son inaccesibles a la conciencia,
solo pueden acceder a esta a través del preconsciente, que cumple la función de
censor o filtro, por medio de la crítica o represión, excluyendo los elementos
inconscientes que pueden dañarle.
Es un sistema en constante evolución y cargado de energía
psíquica., en esto, Freud ubica nuestras energías, nuestros instintos, que son
de tanta importancia en nuestro comportamiento. El sistema inconsciente, carece
de edad cronológica, no conoce pasado ni futuro y si, solo presente. Todas las
tendencias humanas son vividas por el inconsciente en tiempo actual, incluso
cuando se refieren al pasado o al futuro. Los sucesos más remotos se vivencia
como si acabaran de ocurrir, por eso se dice que el inconsciente es atemporal.
SISTEMA CONSIENTE
Se trata de la parte del aparato psíquico más próxima
al mundo exterior y se encuentra entre este y la memoria. Su función es
fundamentalmente perceptiva, registra la información procedente del exterior y
también la del interior. Propias de este sistema son también las funciones del
pensamiento, razonamiento y rememoración. Es a él también a quien le toca el
dominio y control de la motilidad. Sin embargo, el consciente no memoriza nada,
esto le corresponde a otro elemento que es el preconsciente, del cual
hablaremos más tarde. Frecuentemente se ha intentado explorar el sistema consiente
mediante la auto-observación.
Pero esta observación introspectiva
no puede convencernos por completo, pues todo lo que uno puede decir de sí
mismo no ofrece suficiente garantía de objetividad.
El estado de vigilia sería la
superficie externa de la conciencia. Durante el sueño, en cambio, aquella sería
impermeable a los estímulos externos al mismo tiempo que aumentaría la
sensibilidad a la superficie intra psíquica.
SISTEMA PRECONSCIENTE
Comprende los pensamientos y
vivencias que en un momento dado no son conscientes, pero que pueden
convertirse en tales, mediante un esfuerzo de atención, a diferencia de lo
inconsciente que indica los procesos y los contenidos psíquicos activamente
rechazados de la conciencia por fuerzas intra psíquicas, como la censura y la
represión
Es un sistema de percepción y está
íntimamente ligado o relacionado con la afectividad, pero en el transcurso del
desarrollo se interpone algo entre ambos sistemas, que viene a complicar al
mecanismo psíquico. Este algo está constituido por el preconsciente que
contiene, por una parte, elementos procedentes del inconsciente que progresan
hacia la conciencia y por otra parte, por impresiones almacenadas procedentes
del exterior.
Así
pues cualquier información que llegue a nuestro sistema perceptivo, aunque
luego sea reprimido, dejará de estar en el campo de la conciencia para pasar al
preconsciente, al mismo tiempo que contenidos del preconsciente pueden pasar al
consciente sin ningún esfuerzo.
EL ELLO
Es el fondo de las pulsiones de la
personalidad; constitutivo y pulsional se expresa psicológicamente en el ello.
Se encuentra en él la energía psíquica tanto erótica o libidinosa como
destructiva o agresiva. Incluso, cuando con el tiempo se desarrolle el Yo y el SUPERYÓ,
toda la energía de estos tiene su origen y fuente en el Ello. Al principio el
ser humano solo es pulsión, el recién nacido es solo ello. Está constituido por
la totalidad de los impulsos instintivos. Gran parte del ello está formado por
elementos arcaicos, es decir, todo lo heredado, lo que ha traído el hombre
genéticamente desde su nacimiento.
Todos los sectores del ello son inconscientes. No se ve afectado por él
tiempo ni perturbado por las contradicciones; ignora los juicios de valor, el
bien y el mal y la moral. Únicamente trata de satisfacer sus necesidades
instintivas según el principio del placer. El Ello se rige únicamente por el
principio del placer, solo busca satisfacción inmediata al margen de cualquier
consideración como la supervivencia, la defensa de los peligros, los principios
morales o la convivencia social. En su funcionamiento dominan los procesos
primarios, los deseos del ello se sustraen al principio de realidad, desconocen
el tiempo y la lógica, el ello está regido por el principio de placer. El ello
es la parte de la mente en donde estas los instintos que no conocen otra lógica
que el lograr el placer, es la parte más animal del ser humano. Es el lugar de
los instintos o pulsiones sexuales, también de los instintos agresivos. Pero
así también es el reducto que aporta la energía mental a los individuos.
EL YO
El Yo es lo consiente. Es el yo coherente
encargado de coordinar funciones psíquicas e impulsos internos, se encarga de
manejar el cuerpo, el que recoge las percepciones, el que ordena y coordina.
Por otro lado es el encargado de reprimir a lo inconsciente los procesos
psíquicos que no aprueba. El Yo actúa como mediador entre la persona y la
realidad externa, entre el Ello y el mundo exterior, entre el Ello y el SUPERYÓ,
una posición entre los instintos primarios y las exigencias del mundo exterior.
Percibe las necesidades de la propia persona, tanto físicas como fisiológicas,
y las cualidades y actitudes del ambiente. Valora e integra estas percepciones
de manera que busca que las exigencias internas se pueden ajustar a los
requerimientos externos. Las otras dos instancias psíquicas de la personalidad,
el Ello y el SUPERYÓ, se relacionan con el Yo intentando siempre alcanzar un
equilibrio. El SUPERYÓ está formado por la asimilación de las normas culturales
que rigen una sociedad.
EL SUPERYÓ
Su papel viene
a ser el de juez o censor del Yo. Su acción se manifiesta en la conciencia
moral, en la autocrítica, en la prohibición y funciona en oposición a la
gratificación de los impulsos o enfrentándose a las defensas que el Yo opone a
dichos impulsos. Es una especie de censura que inspira el sentimiento neurótico
de culpabilidad y auto castigo; es la instancia represora por excelencia, el
soporte de todas las prohibiciones y de todas las obligaciones sociales y
culturales.
El Súper Yo es la instancia
psíquica desglosada del Yo que auto-observa y critica las acciones del ser
humano y le presenta la imagen ideal a la que debe parecerse. Además de la
función de censura, el SUPERYÓ preside también la formación de los ideales,
funciones imaginarias del Yo, cuyas complejas relaciones con él es uno de los
grandes problemas psicoanalíticos que implican a los problemas de
identificación. La severidad del SUPERYÓ no es proporcional a la de los padres,
ya que, debido a la intervención de los procesos de identificación imaginaria,
puede ser grande la diferencia entre las prohibiciones establecidas por el
entorno y las exigencias del SUPERYÓ del sujeto. Juzga y critica, representa
las exigencias de la moralidad y de la sociedad, pero también el Súper yo
representa a los ideales y lo que uno aspira a ser.
PULSIÓN
No
son más que las representaciones neurológicas de las necesidades físicas. Al
principio se refirió a ellas como pulsiones de vida. Estas pulsiones perpetúan (a) la vida del sujeto, motivándole a buscar
comida y agua y (b) la vida de la especie, motivándole a buscar sexo. La
energía motivacional de estas pulsiones de vida, el que impulsa nuestro
psiquismo, les llamó libido, a partir del latín significante de
“yo deseo”.
La
experiencia clínica de Freud le llevó a considerar el sexo como una necesidad
mucho más importante que otras en la dinámica de la psiquis. Somos, después de
todo, criaturas sociales y el sexo es la mayor de las necesidades sociales.
Pero, aunque debemos recordar que cuando Freud hablaba de sexo, hablaba de
mucho más que solo el coito, la libido se ha considerado como la pulsión
sexual.
Más
tarde en su vida, Freud empezó a creer que las pulsiones de vida no explicaban
toda la historia. La libido es una cosa viviente; el principio de placer nos
mantiene en constante movimiento. Y la finalidad de todo este movimiento es
lograr la quietud, estar satisfecho, estar en paz, no tener más necesidades. Se
podría decir que la meta de la vida, bajo este supuesto, es la muerte. Freud
empezó a considerar que “debajo” o “a un lado” de las pulsiones de vida había
una pulsión de muerte.
NEUROSIS
La
neurosis impone la renuncia a cierto goce prohibido en función de un goce
fálico (lícito). La neurosis encarna estructuralmente la dinámica de una
pregunta, pregunta sin una respuesta definitiva que no posee respuesta psíquica
en relación al significante. Al modo de la histeria relacionada con la
identidad sexual La neurosis se describe en relación a la función simbólica
relacionada con la instancia de demarcación de una legalidad en relación a la
triangulación edifica (significante nombre del padre).
La
neurosis es una alteración mental caracterizada por la presencia de un alto
grado de ansiedad, El miedo y las obsesiones, relacionadas con factores
conflictivos personales o ambientales, dominan al afectado y le provocan un
verdadero sufrimiento psíquico. Neurosis antiguamente quiso decir lleno de
nervios sin embargo la neurosis ha cambiado con la evolución de la nomenclatura
psiquiátrica. Su significado literal (lleno de nervios) fue utilizado durante
el siglo XIX (diecinueve) como término general para todos los trastornos
nerviosos de etiología desconocida.
Los
neurólogos del siglo pasado decían que era un mal adoptado por la civilización
como una consecuencia de la vida acelerada. Pero la verdad es que la neurosis
se conoce desde los tiempos de Hipócrates, en ese entonces se les llamaba
hipocondrías relacionándola con la tristeza y la debilidad del enfermo.
Se
descubrió el sentido de los síntomas neuróticos mediante el estudio y la
acertadísima derivación de un caso de histeria. Freud hizo sus observaciones
acerca de las bases psicogénicas de la histeria y de los estados obsesivos, él
designó a un subgrupo de trastornos mentales con el nombre de psiconeurosis; en
la nomenclatura más reciente el término neurosis se emplea exclusivamente para
este subgrupo.
LIBIDO
En
base de la teoría psicoanalítica, ha llamado a las diferentes etapas del
crecimiento "fases psicosexuales" ya que pensaba que el desarrollo de
la personalidad se veía influenciada por la manera en la que el niño aprende a
liberar su energía sexual (libido).
Para
Sigmund FREUD, las experiencias que más marcan la infancia y la adolescencia se
asocian a la libido, en relación a las diferentes partes del cuerpo, sensibles,
en las que el niño fija su atención durante su desarrollo.
Freud
habla de zonas erógenas parciales. Estas son sucesivamente la boca, el ano y
los órganos genitales. Estas diferentes zonas seguirán influenciando nuestra
sexualidad de adultos.
Así,
Freud ha descrito 5 etapas de desarrollo: el estado oral (de 0 a 1 años), la
fase anal (de 2 a 3 años), la fase genital o fálica (de 3 a 4 años), la fase de
latencia de 5 años a la pubertad y después la etapa genital madura, a la edad
adulta.
Período
oral (de 0 a 1 años) El modelo psicoanalítico presenta al recién nacido como un sistema de
energía dinámica, deseoso de utilizar esta energía. El lactante busca utilizar
esta energía libidinal (de placer) en imágenes de objetos (en el sentido de
amor, de satisfacción) que satisfarán sus necesidades y le aportarán el placer
de liberación de esta energía. En el momento del nacimiento, el primer objeto
de satisfacción es el seno de la madre que le alimenta y reconforta, le
proporciona placer.
Período
anal (de 2 a 3 años) A esta edad,
la atención del niño y de sus padres se concentra en el control de los
esfínteres. Este período es llamado la fase anal porque su objeto principal es
la evacuación o retención de las heces y la orina. De esta manera, las zonas
dominantes de gratificación son la cavidad anal, los músculos del esfínter y
del sistema urinario. El desplazamiento de la atención del niño hacia estas
zonas no supone que el interés por la zona oral haya cesado.
Período fálico (3 a 4 años) El pené y el clítoris se convierten en los objetos
clave del placer erótico durante este tercera etapa del desarrollo psicosexual.
Durante esta fase fálica, el niño descubre que la manipulación de sus órganos
genitales y la masturbación (sin orgasmo) proporcionan placer erótico. Los
niños conocen el famoso "Complejo de Edipo". En esta fase, los
niños se sienten enamorados de su madre y las niñas de su padre y los otros
progenitores son vistos como rivales. Después vivido el complejo de Edipo, los
niños toman como modelo al padre, mientras que las niñas ven en las madres el
prototipo del ideal. Al mismo tiempo reprimen el deseo hacia el otro
progenitor.
INSTINTO
El
Instinto es una actividad inconsciente y automática con carácter de innata
Actividad, especialmente mental, adaptada a una finalidad, que entra en juego
espontáneamente, sin que sea el resultado de una experiencia ni de la
educación, y sin que exija reflexión
Podemos
distinguir la fuente, el objeto y el fin de un instinto. Su fuente, es un
estado de excitación en el cuerpo y su fin, la eliminación de esa excitación;
en el camino que va desde la fuente hasta el fin, el instinto deviene
psíquicamente operativo.
En
el año 1915, Freud definió el instinto como... "un concepto límite entre
lo mental y lo somático, como la representación psíquica de los estímulos que
se originan dentro del organismo y llegan hasta la muerte, derivada de su
vinculación con el cuerpo".
"Los
instintos y sus vicisitudes", fue publicada en 1915 y, en ella Freud
establece que el hombre posee dos instintos fundamentales: Eros o instinto de
la vida y Thanatos o instinto de la muerte.
El instinto y,
más concretamente, la libido o instinto sexual, se convierte en raíz y materia
prima de la psique. La visión mecanicista del hombre difundida por el padre del
psicoanálisis está ampliamente superada.
BIBLIOGRAFÍA
TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
JOSÉ CUELI
LUCY REIDI
EDITOR TRILLAS
HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA VOLUMEN 1
HELIO CARPINTERO
EDITORIAL NAU
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