1. La obra literaria como toda producción cultural surge en el inconsciente del sujeto, originada en lo sexual reprimido, por surgir una situación no placentera de concretarse la pulsión que la originó.
2. Sobre este material actúa la sublimación, transformándolo en cultura, en material socialmente aceptable. La pulsión es derivada hacia un nuevo fin no sexual, moralmente valorado. Las principales actividades sublimadas que Freud describió son la artística, y la investigación intelectual. Afirma Freud que la pulsión lleva a volcar gran cantidad de energía al trabajo cultural. A la capacidad de intercambiar la finalidad sexual por otra, la llama capacidad de sublimación.
3. La transformación de una actividad sexual en actividad sublimada, requiere de un tiempo de retracción de la libido sobre el Yo, lo cual posibilita la reorientación hacia actividades no sexuales. A este proceso de retraimiento de la libido se le llama narcisismo secundario. Este repliegue le parece imprescindible a Freud, para toda actividad artística. Sobre este repliegue actúan otros mecanismos de defensa del Yo, como ser la figuración, el desplazamiento, la sobredeterminación, etc. que formarían parte de la creación literaria.
Origen sexual de la creatividad:
Freud se basa en dos conceptos:a) la energía necesaria para la creación es de naturaleza erótica.
b) la energía que se sublima en la escritura, lo hace en ese medio porque existe un obstáculo en la realidad que impide al literato descargar su energía sexual directamente. O sea que la frustración sexual conduce al artista hacia la creación.
Desde la teoría energético-pulsional del Psicoanálisis, el Eros, la pulsión que conduce al sujeto de manera positiva hacia el objeto, es la energía más flexible y expansiva, por lo cual resulta lógico que sea la energía erótica, y no la agresiva, el instinto de vida y no el de muerte, quien suministre materia prima psíquica para la creatividad en el arte.
En cuanto a la idea de la frustración como causa de que la energía erótica se sublime en creatividad, en lugar de expresarse directamente, ya lo han dicho los propios escritores, como Platón en el Banquete, “No hay nadie que no se vuelva poeta si el amor le toca, aunque hasta entonces haya sido extraño a las Musas”.
Fuente: http://www.apuntesdepsicologia.com
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